Lo siento tanto y te amo

marzo 11, 2010

Mi querida.

Apelo, en esta oportunidad, a esta antigua forma de comunicación, no solo por el carácter sincero y reflexivo a que convoca la escritura, sino también porque me resulta muy difícil enfrentar tu rostro sin conmoverme y sentir vergüenza por lo que hice.
La distancia que, de manera sensata, interpusiste entre nosotros me ha permitido ver las cosas con mayor detenimiento, y entender la reacción que te llevó a separarte de mí.

Se que cometí muchos errores de los cuales estoy profundamente arrepentido, muchos descuidos en la convivencia, pequeños desarreglos diarios, que fueron minando la relación. Recuerdo que nunca me esforcé en contener los gases,por ejemplo, en mi manía por ser autentico... nunca me olvido de aquella vez en la que habías preparado una cena de aniversario con mucha dedicación, y que yo, en mi afán de producir un eructo ruidoso, terminé vomitando un chorro de comida en el plato.

Sé que te molestaba muchísimo, y lo lamento, la manera en que no me cuidaba mucho de observar a tus amigas, y que una que otra, por no decir todas, se quejaba de la lascivia de mis miradas. Debes confiar en mí cuando te digo que solo me importaban como objeto de estudio, pues estaba interesado en la manera en cómo construían las relaciones hacía dentro del género; y si te dijeron que quise acostarme con alguna de ellas, no te mintieron, pero quiero decirte que las invité, solo para observar sus reacciones en torno a la voluntad de dominio del patriarcado, no te confundas por favor.

Soy conciente, no te creas, de las largas noches en las que te asaltaba el insomnio, y dabas vueltas y vueltas en la cama.
No pude no advertir- vos dirás: no pudiste no advertir- que se debía principalmente a que mis amigos no guardaban silencio mientras jugaban interminablemente al pocker, pero vos sabés que mi noción de la libertad de expresión es amplia, y no se me ocurrió decirles siquiera que bajaran el excesivo volumen con el que escuchaban sus cumbias.
Seguramente, ahora que lo pienso, la estridencia de sus gritos y risotadas se debía al volumen del sonido.
Ya sé que fueron cuatro años a tres noches por semana, pero permitime decirte, que ninguna investigación que valga la pena, dura menos tiempo, y verdaderamente estaba interesado en el manejo del argot que desplegaban ellos.
Que nunca escribí la investigación ¿(el informe)? sí, pero te digo que la redacción de las notas de campo insume una etapa de reflexión en la que todavía estoy inmerso.

Claro que sé que soportaste muchas cosas a mi lado, querida, claro que sí... como aquella vez que uno de mis amigos, no contento con devorar los banquetes que les preparabas con tu propio dinero para que yo los agasajara, fue más allá y te manoseó; y que cuando te lo sacaste de encima con asco, él te escupió en la cara, luego de decirte puta. Lo sé, y estoy muy dolido por ello.

Sí mi amor, sé que te enfadaste mucho, y te pido mil perdones, sobre lo que te contaron que hacía con travestis. Desde ya te aclaro, para evitar cualquier tipo de malentendido, y necesito que me creas, que nunca lo hice por amor, ni siquiera por pasión,
solo tengo sexo con travestis como consumidor alienado…

En realidad fue todo un problema de anticipaciones de sentido. Bah..
Yo sé que te fueron con el cuento, estoy seguro, de que por diversión, o mejor dicho, por el sentido que yo le doy a la diversión, (aunque yo le llamo integración con lo diverso, vos sabés de mi compromiso) me disfracé de mujer y salí a hacer la calle con ellos…
Tené la plena seguridad, que no te quede ninguna duda por favor, de que lo hice como participante observador, vos sabés de mis delirios de etnógrafo.
Que tuve sexo con camioneros, no te lo puedo negar, pero siempre con protección. Yo mismo me encargaba de ponerles el preservativo... ¿En el sexo oral? ...No! En el sexo oral no…porque no se contagia… tenés que creerme que tenía la imperiosa necesidad de ver de qué se trataba esa subcultura; lo que ellas, las travestis experimentan ante el maltrato seguido de cuasi-violaciones del patriarcado.

Tambien me excedí, lo sé, y te presento mis más humildes disculpas, por no haber escuchado tus reproches a tiempo y haber abandonado la casa para instalarme en un asentamiento wichy.
Me reprochas mi contracción al trabajo, lo sé; y tienes razón, pero creeme, solo puede fundarse una nueva episteme cuando se hacen las cosas en serio.
Te aclaro que esa vez cambié el método de aproximación, pues necesitaba volver a tomar distancia del objeto, adoptar esa mirada extranjera pero a la vez integrada; es por eso que me convertí en wichy propiamente dicho…y si tuve hijos, con tres mujeres distintas de esa etnia, es porque necesitaba conocer el rol del patriarca que funciona como centro de ese tejido social.
Tienes que confiar en mí. Es así. En mí, el espíritu de conocimiento puede más que mi persona. Y si soy culpable de ello, pues bien, lo acepto.

Bueno, mi alma, espero que sepas comprender que soy un ser humano con todos sus defectos y miserias, y que yo también tengo sentimientos.
Humildemente te pido perdón.
Lo lamento tanto y te amo.
Tuyo para siempre, Espero con fervor tu regreso.